La soledad invisible
Si cada vez que subo a un autobús, entro a una tienda o camino por la calle no hubiese nadie más que yo, la sensación de soledad sería angustiosamente abrumadora. La soledad invisible es una reflexión y una experimentación lúdica sobre la paradoja de que cada vez tenemos más vínculos, más relaciones y estamos en contacto con un mayor número de personas, en un intento por mitigar la sensación de vacío y soledad y, sin embargo, no reparamos en la nutrición que nos proporciona el hecho de estar, permanentemente, compartiendo espacios con personas absolutamente desconocidas.
Esta experiencia la realizaremos con los ojos vendados.
“La vista es nuestro sentido principal, al privarnos de ella, dejamos espacio para que el resto de los sentidos tome protagonismo y nos permita explorar sensaciones que normalmente pasan desapercibidas”.